SOLEDAD CASTANHEIRA, DEL CAMPO A LA LINEA

El fútbol femenino está lleno de historias que merecen ser contadas, y de protagonistas cuyas vidas no trascienden en los medios. Decidimos reforzar la columna de entrevistas, con la historia de vida de Soledad Castanheira,  una mujer DT y jugadora de la Liga Amateur Platense. Referente de Centro Fomento Los Hornos y amante del fútbol, por sobre todas las cosas. 

Foto: Salvador Vega

Es de noche. Al costado de la avenida 132 se encuentra un predio de cancha de fútbol 11, lugar en donde entrenan un grupo de mujeres que dotadas en su mayoría de uniformes referentes al club para el que juegan, hacen ejercicios físicos y movimientos con la pelota. Hay algunas mayores de treinta años y otras que por poco superan los veinte. 

A un costado, una mujer da indicaciones mientras ellas escuchan atentas, mira al cielo y pide que no llueva, hay pronóstico de una gran tormenta pero no está en los planes detener ese entrenamiento. Caen las primeras gotas de lluvia y con ellas aumenta la intensidad de los ejercicios, entre risas y esfuerzo, hacen trabajos físicos en los que no escatiman ni el más mínimo esfuerzo.

La mujer que da indicaciones se llama Soledad Castanheira, una histórica de Centro Fomento que supo ocupar distintos roles en el club de Los Hornos y tiene una interesante historia para contar en el fútbol femenino.


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PRIMEROS PASOS COMO JUGADORA 


De niña Soledad Castanheira vivía en un pueblo que se llama Piedritas, del partido de General Villegas y ahí comenzó a ir al club del cual su papá era presidente. “Mis viejos de chicos nos llevaban a mí y a mis hermanos al club y de ahí nace la pasión, de seguir a mi hermano a todos lados que iba”, dijo Soledad, mientras en su cara se refleja la ilusión y la pasión con la que recuerda aquellos días de infancia.

Soledad, remarca siempre el papel de su hermano en este comienzo de su vida futbolística: “Él me enseñó demasiadas cosas, tantas que siempre se las agradezco” y sintetiza: “La perseverancia, constancia, tenacidad, todo lo aprendí de él”. Sus palabras demuestran el agradecimiento, el cariño y la pasión con la que vive Soledad los recuerdos sobre sus primeros pasos.

“Al principio pasaba tardes enteras al lado de mi hermano pateando la pelota, era algo que hacíamos prácticamente a diario”, dejando en claro que siempre quiso ser parte del mundo del fútbol, ese que vive con tanta alegría y sentimiento.

Siempre estuvo ligada a la pelota. Mientras miraba fijamente al campo de juego, contó: “Comencé en los torneos juveniles bonaerenses. Allá en mi pueblo participábamos con mis amigas en todos los campeonatos. Esa vez que pude jugar al fútbol representando a mi pueblo me llené de orgullo y fui realmente muy feliz”

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DEJAR EL FÚTBOL PARA ESTUDIAR 


Una vez que terminó sus estudios en la Escuela Secundaria N° 2 Fortín Coronel Gainza tuvo que dejar a un lado los entrenamientos y el dedicarle tardes enteras a practicar fútbol. Como lo había hecho hasta ese momento, se haría imposible: “Cuando terminé el secundario me fui a estudiar a 300 kilómetros de mi pueblo, a la ciudad de Rosario. Fue todo nuevo, una ciudad diferente, mucho más grande que Piedritas. Comienzo Educación física y una vez que estoy recibida del profesorado decido volver al pueblo con la idea de ver si podía enganchar algo para trabajar en el club”

“No tuve la posibilidad, incluso yo en ese momento, recibida y con experiencia, se tomó gente recién recibida, varones”, relató Soledad, mientras su cara reflejaba una profunda desazón. Nunca permitiría que se apagara el sueño que tuvo desde niña y, aunque sufrió varias dificultades en el camino, no dejó que esa frustración fuera más que su anhelo. “Fue triste, muy triste porque la verdad era algo que quería y soñaba.” Pero fiel a sus deseos, siguió insistiendo en este deporte al que siempre estuvo ligada: “Tiempo después tuve la posibilidad de dirigir a un equipo de fútbol femenino para los torneos juveniles bonaerenses. Fue una experiencia muy linda y de mucho aprendizaje. Llegamos a la final y salimos cuartas de la provincia.” Así, empezaría a transitar este camino, su camino.





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LA PLATA, UN MUNDO DISTINTO

Tiempo después de su experiencia como entrenadora en Piedritas, su pueblo, Soledad toma una decisión que le daría a su vida un giro de 180 grados. “Vine a vivir a La Plata, acá descubrí un mundo completamente diferente, me asombré al conocer la cantidad de chicas que entrenaban alrededor de toda la ciudad”, explica Soledad, mientras sonríe y recuerda con emoción sus primeros pasos en la ciudad de las diagonales.

“Al principio jugaba fútbol 5 con mis amigas, entrenábamos por nuestra cuenta. Después, ahí apareció Fomento y mi vida cambio para siempre”, dice la referente del club de Los Hornos, dejando un título en esa frase, y agrega: "Yo caí en el club por la invitación de una de las chicas que jugaba en cancha de 7, que se iba y no quería dejar su lugar vacío”, una casualidad que tiempo después cambiaría su vida.

Soledad siguió jugando por un tiempo en el equipo de fútbol 7 en Fomento de Los Hornos: “el femenino se había formado porque eran mamás que venían a acompañar a los chicos y como tenían ese tiempo vacío decidieron empezar a jugar ellas y de ahí se armó la categoría de fútbol femenino”. 

“Ahí estuvimos durante un año hasta que pasamos a cancha de 11, y ya en ese momento no pude jugar volver a jugar por diferentes lesiones que sufrí y que no me dejaron estar de la mejor manera para disputar los encuentros con el equipo”, contaba Soledad con un tono en su voz lleno de amargura.


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DE JUGADORA A DT 

Luego de que las lesiones le prohibieran llevar adelante el sueño de jugar al fútbol desde adentro del campo de juego, Soledad tuvo la posibilidad de ser parte del cuerpo técnico de Fomento: “Ha sido un camino muy difícil, con mucha lucha. Yo empecé con la Sub 17 como entrenadora y también siendo preparadora física del DT de primera. El técnico se fue y me quedé yo a cargo de todas las categorías durante medio año. Ese momento fue difícil, estaba todo el tiempo en el club y como el cargo era ad-honorem me mataba económicamente”, cuenta Castanheira. Pero ese sacrificio tendría su recompensa un tiempo después: “Ahí tendríamos nuestra primer alegría ya que saldríamos campeonas con la reserva”

Cuando Soledad recibe la posibilidad de entrenar al primer equipo del fútbol femenino, decide aceptarlo y comienza un camino lleno de obstáculos pero plagado de satisfacción tras cada paso recorrido: “La verdad que el amor al fútbol y el cariño que le tengo al club hoy en día es lo mejor que me pudo pasar acá, en La Plata.”

“Prácticamente todos los días de la semana estoy en el club, incluyendo mis fines de semana. Por momentos es difícil en la parte económica ya que es ad honorem, pero el amor al fútbol nunca permitió que yo me dé por vencida”, detalla la entrenadora. Ese convencimiento ha permitido que su vida, gire alrededor del fútbol: “el fútbol para mí es una religión”, dice mientras una sonrisa acompaña su cara llena de emociones.

El 2020 la encontrará nuevamente en el banco del conjunto de Los Hornos, junto a Cintia Catrileo (AT) y Seba Mozzone (EA), transmitiendo su saber y representando a Fomento como siempre lo hizo, con esfuerzo y mucha pasión. 

Foto: Sofía Miranda

Entrevista realizada en noviembre de 2019 por Camilo González.