LA NECESIDAD DE LA PROFESIONALIZACIÓN


La jugadora Macarena Sánchez Jeanney expuso en el día de ayer a través de sus redes sociales, un comunicado de prensa donde expresó que el Club UAI Urquiza la había desvinculado de sus funciones como futbolista. El hecho sucedió luego de que ésta, junto a su equipo jurídico integrado por abogadas feministas, reclamaran tanto al club como a la Asociación de Fútbol Argentino, la regularización de la relación laboral como futbolista profesional.

En otras palabras, lo que la jugadora manifestó y puso en evidencia, es la enorme desigualdad sexo-genérica que existe en el mundo del fútbol. En este caso en específico, en la abismal diferencia que hay entre los salarios de los varones y de las mujeres, que incide directamente en su vida cotidiana como trabajadoras del deporte y que está relacionado con la exigencia de la profesionalización del fútbol femenino, una deuda pendiente.

“Como es de público conocimiento, las jugadoras de fútbol en la Argentina son sistemáticamente vulneradas en sus derechos como trabajadoras del deporte, por la simple razón de ser mujeres. El club deportivo UAI Urquiza utiliza diversos mecanismos fraudulentos que operan como pantalla para encubrir el vínculo laboral real que se establece con la jugadora reclamante, modalidad que se extiende hacia el resto del plantel profesional en general”, expresó el comunicado.

A pesar de la visibilidad mediática que tuvo -y sigue teniendo- en los últimos años el movimiento feminista que puso en debate las desigualdades en distintos ámbitos, en el mundo del deporte – un espacio  históricamente de dominio masculino – todavía cuesta que estas reivindicaciones calen hondo. En este sentido, y paradójicamente como muestra de lo lejos que se está de tener igualdad de derechos, el comunicado hizo una correcta mención a la época del marronismo que sucedió en nuestro país en los años ´20 y ´30.



En esa época, el fútbol – que era practicado exclusivamente por varones- estaba cargado de los valores ingleses de amateurismo ya que los practicantes tenían un poder adquisitivo importante, cuestión que iba cambiar con la nueva camada de jugadores criollos quienes no contaban con los recursos de las elites. Los futbolistas recibían alguna suma modesta de dinero como incentivo para que pudieran sostenerse económicamente y dedicarse a jugar al fútbol, pero siempre de manera informal, ya que no estaba permitido legalmente por tratarse de un deporte amateur. Estos empezaron a problematizar y exigir – avalados por el contexto de la crisis del 30 –  la profesionalización del deporte.

Esta situación -que sucedió hace casi 90 años- de explotación laboral sumado a una gran carga de machismo, se refleja en lo que expresó Macarena, quien lo visibilizó y lo hace lucha. En esta época donde las instituciones internacionales como la FIFA se proponen poner en marcha proyectos que adopten medidas para empoderar a las mujeres y niñas para hacer del fútbol un deporte para todxs y que se opongan a la discriminación por género, la AFA, mira para otro lado y confirma el desinterés y falta de apoyo que sufren todas las jugadoras del país.

Las mujeres no solamente  dedican su tiempo a practicar el deporte profesionalmente, sino que la mayoría trabaja y estudia para poder mantenerse. En su día a día, reciben la cancha de entrenamiento tiempo más tarde del que deberían, existe una menor difusión  por parte de los medios locales y nacionales, a cada torneo a disputarse en otros lugares deben costearse el traslado, reciben ropa de juego ya usada por hombres y tienen que pagar una de cuota mensual para entrenar y hacer uso de las instalaciones.

 La jugadoras viven una realidad completamente diferente y desigual a la de los varones. Si queremos un mundo en donde haya igualdad de oportunidades es imperante en primer lugar el reconocimiento de la relación laboral profesional que existe entre la UAI y Macarena Sanchez Jeanney,  la necesidad de la profesionalización del fútbol femenino, el respeto de sus derechos y el reconocimiento como trabajadoras del deporte.  El fútbol será feminista o no será.