Entre 1970 y 1971 se celebraron dos Mundiales Femeninos, certámenes organizados por la Asociación de Fútbol Femenino. Sin embargo, la FIFA decidió no reconocerlos como antecedentes oficiales. Argentina fue parte del Mundial de México en 1971, ganando, en su segundo partido 4 a 1 a Inglaterra.
El fútbol femenino celebró entonces su primer Mundial oficial entre el 16 y el 30 de noviembre de 1991, cuando la iniciativa del doctor João Havelange, por aquel entonces Presidente de la FIFA, permitió que se desarrollara el primer campeonato mundial femenino oficial. La primera edición del torneo se celebró en la República Popular China. El certamen contó con la participación de doce países y fue exitoso en la concurrencia de público a los estadios. El partido inaugural lo disputaron las locales goleando a Noruega 4 a 0.
El Mundial de China contó con la presencia de seis árbitras y juezas asistentes que integraron la lista autorizada por FIFA. El encuentro por el tercer puesto contó con una mujer como árbitra principal, marcando un hito para la historia de la competición. La brasileña Claudia de Vasconcelos fue quien dio el puntapié inicial para el arbitraje femenino a nivel mundial.
Estados Unidos mostró su poderío futbolístico en la competencia ganando todos los encuentros y coronándose como la primera selección de fútbol femenino campeona del Mundo. Michelle Akers, Carin Jennings y April Heinrichs marcaron 20 de los 25 goles de las norteamericanas. Akers fue la goleadora del certamen con 10 tantos en seis partidos y recibió la Bota de Oro, mientras que Jennings, con 6 goles, obtuvo el Balón de Oro.
Esta Copa del Mundo fue el puntapié que sirvió para conocer a los equipos que se convertirían en referentes de la disciplina. Noruega, China, Alemania y Suecia, se destacaron detrás las campeonas. También marcó el comienzo de Brasil como potencia sudamericana. El promedio de goles por partido fue de 3,8 con 99 goles en 26 encuentros.
En 1991, y casi al mismo tiempo que se disputaba esta competencia, en Argentina se realizaba el primer torneo oficial de AFA.
En la final, las norteamericanas derrotaron a Noruega por 2-1. Este partido fue el cierre perfecto para una disciplina que logró generar una gran impacto. Estados Unidos y Noruega jugaron bajo la mirada de 65.000 espectadores en el Estadio Tianhe de Guangzhou. La mujer había dado un paso enorme en el fútbol logrando reconocimiento a nivel mundial y empezando a romper con barreras sociales.
